Δευτέρα 30 Αυγούστου 2010

DOLORES IBRARRURI:

Discurso de Dolores Ibarruri pronunciado en el mitin del 20 de febrero de 1938, en el Teatro Olympia de Barcelona, organizado por el Comité Nacional del Frente Popular. Folleto A.H.M.B.


 Camaradas y amigos de Barcelona:
Jamás, ni en los días de relativa calma ni en los ásperos y sombríos de la guerra, me he sentido extranjera en Cataluña. Siempre he venido a vos otros con las mismas ilusiones, con los mismos afanes y con el mismo ca riño con que se llega a los viejos lares familiares; y siempre, también, encon tré en vosotros calor de hermanos, afecto y solidaridad de camaradas. No me eran extraños vuestros problemas; vuestras inquietudes eran mis propias inquietudes. Ciudadana de España, pero hija de Euzkadi, a la que quiero libre y feliz, sentía los anhelos del pueblo catalán, que reivindicaba con justicia sus derechos al reconocimiento pleno de su personalidad, como na cionalidad dentro del concierto progresivo de los pueblos de España.
Y allí, en todas partes donde había que defender los derechos de Cata luña, yo supe hacerlo, y no solamente de una manera personal, sino siguien do la política del Partido Comunista, que en todo momento ha defendido con firmeza los intereses, los derechos y las libertades de todos los pueblos.
hoy, que Barcelona comparte con el Madrid heroico el honor y el orgullo de la capitalidad de España, es para mí una gran satisfacción hablar ante vosotros, que es hablar a Cataluña, que es hablar a España.

No hace muchos días conmemorábamos todos el aniversario de la pri mera República española. Las lecciones magníficas que se desprenden de aquel hecho histórico han sido un poco olvidadas o no se han tenido en cuenta. Nosotros, que aprendemos en las experiencias de todos los hechos históricos, que apoyamos nuestras acciones en los ejemplos que nos dan cada día los hechos que se suceden, para evitar la repetición de errores, te nemos que averiguar las causas de por qué suceden ciertos acontecimientos, para no volver a incurrir en los errores que contribuyen a detener la marcha progresiva de los pueblos.
La primera República, que representaba los anhelos generosos de un (213) pueblo que quería marchar por las vías del progreso, fracasó por la des unión de los grupos republicanos; fracasó por el sentimentalismo de sus hombres dirigentes; fracasó fundamentalmente porque no supo apoyarse en el pueblo, porque no supo recoger los anhelos de la clase obrera, los anhe los de los trabajadores. (Aplausos.)
Después de una sucesión de años, en España vuelve a implantarse la República. Y vuelve a implantarse la República, si no de la misma forma semidemocrática de la primera, de una manera profundamente democrática; y la alegría de volver a tener en nuestras manos la República hizo olvidar un poco las causas que contribuyeron a la derrota de la primera República. Se olvidó, también, en los primeros meses o en las primeras etapas de la segunda República, que al enemigo no solamente hay que derrotarlo, sino que hay que aplastarlo. (Grandes aplausos.) Y en España se dejaron subsis tentes todas las raíces feudales que entorpecían el desarrollo democrático de la República. El duque de Medinaceli y toda la casta aristocrática con tinuaban explotando a los campesinos extremeños, andaluces y castellanos. Cambó y March, y todos los piratas del Mediterráneo, continuaban expío-lando y vejando a los trabajadores.
Y era natural que las debilidades, que la tolerancia que se tenía para con los enemigos de la democracia y del pueblo, envalentonasen a los que se creían fuertes porque la República era tolerante con ellos y que no se resignaban a perder ni el más mínimo de sus privilegios. Pero no solamente se tenían debilidades para con los enemigos de la República y de la demo cracia, sino que se volvía a incurrir en los mismos errores que contribuyeron al hundimiento de la primera República.
Se volvieron a dividir las fuerzas, que debieron mantenerse unidas para conservar la República, para defender la democracia. Y frente a las fuer zas democráticas que se separaron, frente a las diferencias de los distintos grupos que tenían la obligación de no dejarse arrastrar por las provocacio nes de los elementos de derechas, éstas formaban un grupo compacto de pudo darles el triunfo en las elecciones de 1933.
Pero había un pueblo. Un pueblo que había aprendido de las experien cias de otros países lo que significaba el fascismo, y que no quería él tam poco ser uncido al yugo infamante de la esclavitud fascista. Y fue en Astu rias, la Asturias heroica, donde se manifestó de una manera más eficaz, de (214) una manera más contundente, aquel espíritu de los trabajadores españoles, que estaban dispuestos a no dejarse arrebatar la República, que estaban dis puestos a defender las conquistas de la clase trabajadora.
El movimiento de Asturias fue aplastado; y fue aplastado también por la falta de unión, por la falta de ligazón con los demás pueblos de España. Fueron derrotados los revolucionarios asturianos porque, al gesto magnífico de Asturias y Cataluña, no respondieron los demás pueblos españoles.
Pero aquellas experiencias que los hombres dirigentes no sabían tener en cuenta, las supieron mantener los trabajadores. Y en los días que si guieron a la dura represión del movimiento revolucionario de octubre, cuan do todos callaban, cuando la represión pesaba como una losa de plomo so bre la conciencia de los españoles, el Partido Comunista levantó su voz protestataria.
El Partido Comunista planteó ante las masas populares y democráticas de España la necesidad de rehacer aquella unión que permitió la implan tación de la República; pero de rehacerla sobre una base más amplia, apo yándose en todas las masas populares de nuestro pueblo, en la pequeña bur guesía liberal y democrática, en las masas trabajadoras, en los obreros y en los campesinos, en todos aquellos, en fin, que sintiesen el odio al fascismo.
El Partido Comunista lanzó la consigna de Frente Popular.
Para nadie son un secreto los obstáculos que en los primeros momentos se oponían a la creación de este Frente por parte de los elementos de iz quierda, que no comprendían esta necesidad; y eran los elementos de dere cha, los más atentos al peligro inmenso que significaba para sus privilegios la formación de aquel bloque democrático, quienes insinuaban constante mente y de manera hábil, a los obreros y campesinos y a los elementos re publicanos, la necesidad de que no se constituyese el Frente Popular.
A pesar de todo, la consigna fue prendiendo en el alma del pueblo, y el triunfo esplendoroso de las elecciones del 16 de febrero decía cuan justa era aquella consigna que el Partido lanzaba en los momentos de peligro.
El triunfo del Frente Popular significó, no ya la salida de la cárcel de los hombres que, como el presidente Companys, habían sabido ir a presidio por defender la libertad de Cataluña... (prolongados aplausos), significó, no solamente la incorporación de los millares y millares de obreros revolucio narios que esperaban en las cárceles la acción liberadora de las masas, sino que significaba la reconquista de la República para la democracia. (Ovación.) El triunfo del Frente Popular significa que para España comenzaba una nueva era, en la que las masas trabajadoras españolas habían encontrado la forma justa para marchar por caminos de progreso y de libertad.
Esto lo comprendio tambien Ja reaction. Y, deseosa de impedir que España marchase por este camino, provoco el alzamiento del 18 de julio...

jCompafieros de Catalufia! Si las fuerzas democraticas de nuestro pais se hubiesen encontrado en las mismas condiciones que se encontraban el 19 de noviembre de 1933; es decir, si las fuerzas democraticas de Espafia se hubiesen encontrado divididas como estaban entonces, a estas horas no estariamos nosotros aqui, ni Catalufia mantendria su personalidad, y sobre Espafia y Catalufia ondearia el haz de flechas y la cruz esvastica, en la que se habrian crucificado todas las libertades democraticas de nuestro pueblo. {Formidable ovacion.)
Y si nosotros tenemos ya la experiencia de lo que significa la creation y el mantenimiento del Frente Popular; si nosotros hemos podido compro-var, a traves de dieciocho ο diecinueve meses de guerra, la fuerza y la capacidad de resistencia que dio al pueblo su unidad, seria suicida que el Frente Popular se llegase a resquebrajar.

Los compafieros que me han precedido en esta tribuna hablaban de la necesidad de fortalecer el Frente Popular. En esta linea tenemos que pro-ducirnos todos. Es necesario el fortalecimiento del Frente Popular, no so-lamente con palabras, sino con hechos, porque nosotros tenemos que ganar la guerra y el Frente Popular es la base de la victoria.
Es necesario el fortalecimiento del Frente Popular, porque solamente en la medida que lo fortalezcamos, lograremos el triunfo; hay que hacerlo estrechando aun mas nuestras filas e incorporando a el ese enorme sector de fuerzas espafiolas que se llama Confederation Nacional del Trabajo. (Aplausos.) Es posible que algunos hombres que no quieren aprender to-davia en la experiencia magnifica que nos da el hecho aleccionador de la unidad de todo el pueblo, piensen que para conseguir la ayuda de ciertos paises, que no se han mostrado muy amigos nuestros frente a los brutales ataques del fascismo international, a pesar de llamarse democratas (aplau sos), seria necesario que solamente fuerzas republicanas pudiesen regir los destinos de España.
Nosotros tenemos que recordar a estos hombres ο a quien creyese que esto era posible, que esto es sencillamente un principio de capitulation ante el enemigo. Que el proletariado, cuando lucha por defender la democracia, no lucha solamente por defender sus intereses y sus derechos, sino por de-(217) fender los intereses y los derechos de sus aliados. El proletariado es noble y es leal a sus compromisos, y aquellos que no quieran comprender esto, aquellos que se basan en la diferencia de intereses que pueda haber entre la pequeña burguesía y el proletariado, olvidando lo que hay de común en tre ellos y nosotros, que es la defensa de la democracia, que es la defensa de las libertades populares, quiero recordarles las palabras de Saint-Just, uno de los dirigentes de la Revolución francesa, ante las diferencias que había entre los jacobinos, que eran el alma de la gran Revolución: "Nues tro interés manda no dividirnos, cualesquiera que sean las diferencias de opinión. Nuestros tiranos no admiten esas diferencias entre nosotros. O ven ceremos todos o desapareceremos todos." Eso es lo mismo que nosotros decimos a aquellos hombres que todavía tienen tibiezas, que no han apren dido, en los errores cometidos en el pasado, a rectificar conductas y actitu des. En los pueblos en que el fascismo ha triunfado, para asesinar no ha distinguido ni a republicanos ni a obreros. La lección no puede ser olvidada.
Nosotros vamos con los hombres de la pequeña burguesía republicana hasta el fin; nosotros queremos demostrar a esas democracias, acobardadas ante los desplantes del fascismo, que España y Cataluña, unidas firmemen te, sintiendo profundamente la libertad, vamos a defender la República de mocrática española, vamos a salvar los principios democráticos de la Revo lución francesa que ellos no supieron defender. (Gran ovación.)
Camaradas de Cataluña: Es necesario que de la misma manera que en las trincheras se unen los hombres de todas las tendencias, de todas las ideologías, que juntos son barridos por la metralla del enemigo, nosotros pensemos también en estrechar más firmemente nuestras filas.
Y si hubiera un insensato que pretendiera levantar el edificio de sus am biciones o de sus egoísmos por encima de nuestros muertos, por encima de las lágrimas de nuestras mujeres, del dolor de nuestros huérfanos, del sacrificio de nuestro pueblo, los soldados que en el frente nos defienden con heroísmo, con el mismo heroísmo que lo han hecho hasta ahora, volverían porque ello sería justo— las armas contra aquellos que intentasen dividir las fuerzas de España, pensando que el que divide las fuerzas de España, el que sea capaz de dividir el Frente Popular, es un traidor, y contra él se levantaría la protesta unánime de todo el pueblo antifascista que quiere ganar la guerra. (Clamorosa ovación.)
Los quebrantos deben servir para ¡aventar el espíritu.
Camaradas de Cataluña: Decía el camarada Vidiella que hemos de tener todavía días muy duros. Es verdad. Hay que estar preparados para ello. La conquista de Teruel, demostración evidente de la capacidad, de la pre paración y de la organización magnífica de nuestro Ejército, demostró de lo que son capaces nuestros hombres; pero vosotros no podéis olvidar que, mientras a nosotros se nos niega toda clase de auxilios, mientras a nosotros los gobiernos de los países que se llaman democráticos nos cierran todas las fronteras en nombre de un pretendido Comité de "no intervención", los facciosos continúan recibiendo toda clase de material bélico. Centenares y centenares de aviones baten las posiciones que nuestros compañeros de fienden en Teruel. Es muy posible que recibamos algún golpe duro. Pero es necesario estar preparados, porque, cuando se está preparado para re cibir malas noticias, cuando el pueblo sabe lo difícil que es luchar contra un enemigo tan fuerte y poderoso, los quebrantos no le causan desmorali zación, sino que sirven para levantar más el espíritu, pensando en la nece sidad de redoblar sus esfuerzos. "Es necesario decía Vidiella— trabajar día y noche." Yo repito que es necesario poner todo lo que nosotros sea mos capaces de poner para impulsar la industria de guerra, para suplir con el esfuerzo de nuestros hombres la ayuda que de una manera miserable se nos niega.
Camaradas de Cataluña: Si a través de la unidad de nuestro pueblo he mos podido llegar hasta aquí, es necesario reforzar, consolidar el Frente Popular por encima de todo. Hoy no hay más que esta política: la política del Frente Popular como garantía de ganar la guerra. Ayer el Frente Po pular sirvió para dar la primera batalla al fascismo. Mañana el Frente Popular servirá para levantar sobre las ruinas de la vieja España los fun damentos de una España grande y libre, donde Cataluña, Euzkadi, Galicia y todos los pueblos vivan unidos, hermanados en el amor a la democracia y a la libertad.
Trabajadores, hombres demócratas de Cataluña: ¡En pie todos, a reforzar el Frente Popular como garantía de victoria! (Entusiastas aplausos y vivas al Partido Comunista.)

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